¿El muro fronterizo agotará los manantiales del desierto?

Voluntarios están monitoreando manantiales naturales en Arizona para analizar el costo ecológico de la construcción del muro fronterizo.

Una illustracion con dos ciervos tomando agua de un charco pequeño en el desierto mientras hombres construyen un muro al fondo.

Illustración por Julia Kuo

This story is available in English. Esta historia está disponible en inglés.


Cuando Chris Schnaufer practica senderismo en el pintoresco Valle de San Rafael, al sur de Arizona, está atento a una cosa en particular: sitios donde el agua subterránea ha atravesado la superficie y formado un manantial natural. La naturaleza compuesta de ondulantes pastizales e imponentes álamos es hogar de una abundante vida silvestre que depende de muchos manantiales locales para sobrevivir. Pero es posible que estén en riesgo.

La administración de Donald Trump está construyendo una sección del muro fronterizo de 27 millas que atravesará la extensa pradera de pastos cortos del valle. Durante el proceso, los trabajadores de la construcción utilizarán abundantes cantidades de agua subterránea para erigir pedestales de hormigón para los bolardos de acero de 30 pies de altura. Esto preocupa a los conservacionistas, que aseguran que la construcción del muro puede agotar manantiales de los que dependen muchos animales en uno de los últimos corredores abiertos de vida silvestre entre Arizona y México.

“Si sacas agua del fondo de esta napa subterránea, se hundirá y no podrás ver más los manantiales”, afirma Schnaufer. “Entonces, mucha de la vida que depende de esta superficie de agua estará en problemas”.

El desarrollador de software ya jubilado es uno de muchos voluntarios del programa “Spring Seeker” (buscadores de manantiales) de la organización sin fines de lucro de Tucson Sky Island Alliance, que comenzó a supervisar los manantiales cerca de la frontera antes de que empezara la obra a mediados de septiembre. El objetivo es comparar el flujo de los manantiales dentro de una distancia de tres millas con respecto al muro antes y después de su construcción para entender qué cambios puede haber llegado a causar el proceso, explica la Dra. Sarah Truebe, jefa de conservación del hábitat de la organización.

“Los manantiales son algunas de nuestras únicas fuentes de agua en toda la región”, aclara. “Vivimos en el desierto y nuestra vida silvestre necesita de estas fuentes de agua para sobrevivir”.

Two brown bears sit in a shallow, greenish pool of water against a rocky backdrop
Dos osos negros en un manantial, cinco millas al norte de la frontera entre EE. UU y México. Cortesía de Sky Island Alliance

Un acceso reducido al agua es solo una de las amenazas que el muro representa para la vida silvestre, según los conservacionistas. Las actuales estructuras del muro incluyen cercos para el ganado y barreras bajas para vehículos construidas con viejas vías de tren, que desde hace mucho tiempo permiten que la vida silvestre circule. Pero según un informe de julio del Centro para la Diversidad Biológica, el muro nuevo restringirá el movimiento de osos negros, leones de montaña, ciervos mulos y otros animales de la región, lo que es crucial para la salud genética de estas especies. Además, el muro podría separar a las poblaciones en peligro de extinción de jaguares de Arizona de sus zonas de reproducción en México.

Para construir el muro lo más rápido posible, la secretaria de Seguridad Nacional de los EE. UU. Kristi Noem ha otorgado exenciones a docenas de leyes y regulaciones federales que abogan por revisiones ambientales y culturales. A lo largo de los años, el Congreso aprobó varias leyes que le dan al Departamento de Seguridad Nacional el poder de eludir estatutos, incluyendo la Ley de Política Ambiental Nacional, la Ley de Especies en Peligro de Extinción y la Ley de Agua Limpia.

Las exenciones están siendo apeladas por el Centro para la Diversidad Biológica y el grupo para la defensa de la conservación CATalyst. La demanda que presentaron en julio estuvo retenida en el Tribunal de Distrito de Tucson debido al cierre federal del gobierno hasta que el 5 de noviembre un juez federal dictaminó que podía proceder. Mientras tanto, la construcción del muro ha continuado.

El proyecto de construcción en Arizona es uno de varios que están avanzando rápidamente junto con tramos de la frontera que incluyen tierras estatales y federales protegidas. En Texas, por ejemplo, un muro se construirá en 13 trechos del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Valle Bajo del Río Grande, que representa el hábitat de especies en peligro de extinción, como el ocelote y una multitud de aves.

En el Valle de San Rafael, el muro dividirá un área con una rica diversidad de mamíferos, reptiles, insectos, aves y plantas. El vasto paisaje se extiende entre elevadas cadenas montañosas, conocidas como las Islas del Cielo Madrense, que van desde tierras bajas desérticas hasta picos cubiertos de pinos y robles en ambos lados de la frontera. Truebe estima que hay hasta 4000 manantiales esparcidos por toda la porción de Arizona de la región de las Islas del Cielo.

A grainy image of a mountain lion ducking slightly to pass under a barbed wire fence in a sandy, rocky, landscape.
Un león montañés se mueve por una barrera de vehículos a lo largo de la frontera sur de Arizona en el 2024. Cortesía de Sky Island Alliance

La presión por construir el muro para cerrar huecos e impedir la inmigración ilegal a lo largo de la frontera internacional de 1954 millas ocurre al mismo tiempo en que los cruces de frontera en general se desploman bajo las políticas del presidente Trump y los esfuerzos de México de detener los cruces por la frontera norte.

En agosto de este año, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EE. UU. (CBP, por sus siglas en inglés) reportó 1068 encuentros con migrantes en todo el sector de Tucson de la frontera de Arizona, de 262 millas de longitud, que incluye el Valle de San Rafael. Eso es una disminución del 91% con respecto a agosto de 2024.

Los datos no aclaran cuánta gente está cruzando la frontera concretamente a través del Valle de San Rafael, ya que la CBP solo publica estadísticas del sector entero. Pero la Sky Island Alliance, cuya red de cámaras monitorea los movimientos de los animales por la infraestructura de la frontera, registró un promedio mensual de solo cinco personas —y 180 venados de cola blanca— en el valle en los últimos cinco años, comenta Eamon Harrity, jefe del programa de vida silvestre del grupo (no es posible establecer si las personas registradas en las cámaras eran inmigrantes, senderistas u otros).

En el Valle de San Rafael “casi no hay personas cruzando, así que gastarán $300 millones para construir el muro y detener a un puñado de personas”, dijo Harrity en una charla virtual el 28 de agosto, haciendo alusión al contrato que el gobierno federal otorgó a la compañía de Dakota del Norte Fisher Sand & Gravel para este proyecto. Un representante de la CBP se negó a hacer comentarios sobre el mismo debido a la demanda en curso.

Black and white image of a small deer from behind as it faces vertical slats that extend out of the frame.
Un venado mulo se detiene frente a una pequeña abertura para la vida silvestre (un hueco ampliado debajo de la barra horizontal) en el muro fronterizo, sin poder pasar. Crédito: Sky Island Alliance / Wildlands Network

El año pasado, las organizaciones Sky Island Alliance y Widlands Network de Salt Lake City, Utah, publicaron un estudio sobre la vida silvestre en la frontera en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, que demostró que animales como osos negros, ciervos y pavos salvajes no podían pasar por las escazas y angostas aberturas construidas en secciones del muro de acero que ya estaba en la región. “El impacto será enorme”, advierte Harrity sobre el muro nuevo.

Los grupos conservacionistas están abogando por una integración más frecuente y mayores aberturas en el muro para los animales, si los esfuerzos legales no consiguen detener su construcción. Mientras tanto, Sarah Truebe y voluntarios como Chris Schnaufer seguirán buscando manantiales nuevos y previamente documentados, y registrando flujos de manantiales, así como la presencia de peces, insectos, aves y vegetación con una aplicación en el teléfono.

La información que consigan de los manantiales se compartirá con las agencias estatales y federales pertinentes para intentar ayudar a mitigar el impacto del muro, agrega Truebe. La alianza, cuyo trabajo en los manantiales incluye su restauración, seguirá compartiendo su información con el Springs Stewardship Institute en Flagstaff, Arizona.

“Los manantiales no son solo recursos hidrológicos; son ecosistemas con profundas conexiones biológicas y culturales con el paisaje”, asegura el Dr. Larry Stevens, director del instituto.

En el árido estado de Arizona, los manantiales dispersos en toda la región de las Islas del Cielo juegan “un gran papel ecológico en el paisaje”, concluye. “Las aves vuelan hasta cinco millas por día para llegar a un manantial y tomar agua”.


Esta historia fue traducida de inglés por Malena Saralegui para Factchequeado.

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About Lourdes Medrano

Lourdes Medrano is a journalist whose work focuses on the US-Mexico borderlands.

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